Tierra Madre

por | 11 febrero 2014

Ser supremo femenino, propio de las culturas agrícolas, de quien depende la fertilidad de los campos. Para la ideología religiosa, que se manifiesta en el culto a la Tierra Madre, la agriculltura constituye el fundamento de toda la civilización e incluso del orden del mundo. Este culto asegura la fertilidad agraria, la existencia del mundo entero y la vida civilizada de los hombres.

En la figura de la Tierra Madre se funden los dos conceptos de «tierra cósmica» y «tierra cultivada». La Tierra Madre, en cuanto cósmica, forma generalmente con el Padre Cielo, es decir, con un ser supremo masculino de naturaleza celeste.

La idea de tal emparejamiento se encuentra extendida, tanto en el mundo antiguo (Europa y Asia) como en los primitivos actuales (Oceanía). La pareja Tierra-Cielo se halla frecuentemente relacionada con las religiones politeístas con los mitos (mito) que se refieren al origen del mundo y de las divinidades; a ella se ha atribuído, como en Grecia, el nacimiento de la primera generacíon divina. La «maternidad» de la Tierra se expresa pues, en los dos sentidos de lo cósmico y de lo agrario, y que es «madre» de la semilla y «madre» de los dioses, o sea, del mundo.

El título de la antigua Tierra Madre mediterránea, difundido en la figura de Cibeles, era pecisamente el de «Gran Madre de los dioses» y el de «Madre de los cereales». Otros elementos de distinto género contribuyen a representar la «maternidad» de la Tierra. Entre  otros mitos se puede citar el de los hombres nacidos de las piedras (de «los huesos de la Tierra»), de indiscutible antigüedad, según prueba su difusión en áreas tan distantes entre sí, como la antigua Grecia y el Perú incaico.En la misma línea quizá se puedan situar los mitos, igualmente extendidos, que hacen proceder a la humanidad de agujeros en la Tierra o de cavernas, idea (según algunos investigadores) del claro sinbolismo sexual.

El culto de la Tierra Madre tiene como fin asegurar la fertilidad de los campos y, en general, de la buena marcha de las cosechas. Con esta función especifíca, aparecen en religiones politeístas ciertas diosas que, si bien llevan el nombre de Tierra Madre, han perdido los caracteres cósmicos de la figura mítica predeistica. Por ejemplo, la diosa griega Démeter (De=Tierra, Mater=Madre) es distinta de la mítica Gea (Tierra), que forma con Urano (Cielo) la pareja cosmogónica. La Tierra Madre cosmogónica puede a veces reaparecer en otros aspectos del culto, por ejemplo, en funciones de oráculo  (como ocurrió en Grecia, donde se atribuyeron tales funciones a Gea).

En estas funciones la Tierra Madre obra en el presente como lo hizo en el tiempo de los orígenes del mundo, cuando contenía en sí todo el futuro. Esto encierra quizás el concepto de una creación continua, pero semejantes conceptos pertenecen a la especulación y no a la religión. Desde un punto de vista estrictamente religioso la función oracular de la Tierra Madre podría interpretarse como una simple reactualización  ritual del mito de los orígenes, al cual se recurre en aquellos momentos críticos que requieren precisamente la consulta de un oráculo.

bibliografia  diccionario enciclopédico Salvat Universal 15º ed 1981