Monstruo, hijo de Orto y Quimera. En relación a su llegada, hay varias versiones: se relaciona con el secuestro de Crisipo por parte de Layo, o fue enviada por Hera o la envió Dionisio quizá porque Penteo se había opuesto a sus ritos.
Se sentaba sobre el monte Ficion, a las afueras de Tebas, y cuenta la leyenda que a todos los caminantes que pasaban por allí, les planteaba un enigma y si no lo resolvían los mataba.
Mientras la Esfinge mataba a uno tras otro, Creonte (rey de Tebas), ofreció su reino y la mano de su hija Yocasta, al que pudiera liberar a la ciudad del terror. Edipo, que por casualidad pasaba por allí, le dio la respuesta correcta al enigma planteados por la Esfinge.
El enigma era el siguiente: existe en la tierra un ser que tiene cuatro pies, dos pies y tres pies y una sola voz, y de todos seres que se desplazan por el suelo, a través del aire o el mar, solo él cambia de forma, cuanto más pies utiliza para moverse, entonces más débil es la velocidad de sus miembros.
Edipo, tras pensarlo, le dio la respuesta correcta: era el hombre: cuando es un niño se arrastra a cuatro patas, cuando es adulto camina erguido sobre sus dos piernas y en la vejez se ayuda de un bastón para poder andar.
Cuando la respuesta fue revelada a todos sin excepción, la Esfinge se mató, arrojándose desde la Acrópolis o desde un acantilado, o se puso en manos de Edipo, para que éste le diera muerte.