Según los egipcios las abejas procedían de las lágrimas del dios solar Ra, que derramaba sobre la tierra.
En el Antiguo Egipto no era sólo una recolección era además un arte. En la 1º dinastía existe el cargo de «sellador de la miel» y en la V dinastía encontramos cargos de Apicultor, amigo del rey, que realizaba su actividad en la Cámara de las Estaciones. A partir del Reino nuevo existen ya varios títulos relacionados con esta actividad.
Los egipcios construían unas colmenas con un especie de tubo de doble entrada (barro o cerámica). Llevaban a cabo un proceso en cuatro fases: tranquilizar a las abejas por medio de humo, recoger la miel, guardarlas y sellar los recipientes que la contenían . En la época de la inundación anual movían las colmenas cuidadosamente en barcas para salvarlas del agua. Se consideraba que las abejas eran una cuestión de Estado y los sacerdotes se dedicaron a su estudio y cuidado.
Estaban muy relacionadas con los reyes, puede ser que esta vinculación proviniera de la organización y jerarquía de las colmenas, paralelas a la organización egipcia, en la que el rey es la cabeza igual que la abeja reina, y gobierna además de procurar abundancia para su pueblo.
Utilizaban la miel y la cera en innumerables ocasiones, en la medicina la miel era el segundo ingrediente (después del agua) mas abundante en los preparados médicos; en su uso comestible elaborando sabrosos platos, también era utilizada en rituales religiosos. Para los embalsamamientos usaban la cera negra, lamada propóleo