Hathor

por | 29 diciembre 2013

Diosa de la fertilidad, la belleza, la danza, el amor, la sexualidad y el cuidado materno, siendo su culto uno de los más importante dentro de la mitología egipcia.  Hija de Ra y Horus. Se la representa como una joven hermosa y resplandeciente, sobre su cabeza lleva una enorme corona dorada, con dos grandes cuernos y un disco solar.

Se le asociaba con las vacas (pues podía representarse como una de ellas o con algunos rasgos de este animal) y con las leonas (adopta esta figura cuando quiere vengarse o castigar a aquellos que le  faltan al respeto a su padre)

Su mito nos cuenta que Ra, necesitó enviar a Hathor en busca de sus hijos, que habían desaparecido mientras él continuaba con la creación de mundo. Tomó su ojo derecho y lo convirtió en la diosa.  Ésta vagó por todo el cúmulo de arena, que su padre hizo surgir de las aguas primordiales, hasta que al final encontró a los extraviados hijos y los llevó de regreso a Ra, que se mostró muy agradecido.

Hathor, a su vuelta, se percató de que Ra la había reemplazado, pues contaba con un nuevo ojo derecho. Empezó a llorar desconsoladamente, de sus lágrimas nacieron los primeros hombres, por ello es considerada madre de la humanidad. Ra, al verla en este estado, le hizo saber que no tenia que llorar ni estar triste, pues ahora era uno de sus hijos que debía cuidar de su nueva creación.

Representaba la fertilidad y la maternidad. Las madres, creían que la diosa les ayudaba durante su embarazo, cuidando a  los bebes dentro del vientre y a la hora del parto, además amamantaba a los faraones. Le llamaban la “Dama del Sicomoro”, pues escondida entre sus hojas, en los limites del desierto, recibía a los muertos y les ofrecía comida y bebida. Sostenía una larga escalera por la cual los justificados podían subir al cielo. Posee gran dominio sobre la magia y la hechicería, controla la natalidad y la fertilidad y tiene dotes curativas para el cuerpo y la sanación del  alma.

Ra, cansado y  triste, pues la humanidad no lo respetaba, se burlaba de él, no hacia caso de sus designios y entre ellos empezó a hacerse el mal, convocó a los dioses para ver que medidas debía adoptar.  Éstos le recomendaron que tenia que castigar a la humanidad.

Ra, convocó a su hija Hathor y la convirtió en leona (convirtiéndose en un ser sumamente peligroso y amenazante), tomando el nombre de Sekhmet, que dejó caer sobre la humanidad toda la ira de su padre. Una vez concluyó su tarea, Ra le devolvió su toma original.

LAS SIETE HATHOR

Se las conocía como la cofradía de las siete Hathor, Eran siete manifestaciones de la diosa que asistían a los partos y profetizaban el destino del recién nacido. Llevaban a cabo  rituales mistéricos en los mammisi (espacios sagrados, donde tenia lugar el nacimiento divino). Representaban a las siete hijas de la luz divina (el dios Ra).

Al frente de ellas se encontraba una superiora, que llevaba en su mano una cetro cuyo extremo tenia la forma de una umbela de papiro, vestían largos vestidos, adornados con cintas de hilo de color rojo. Con ellas hacían siete nudos, en los que quedaba encerrado el  mal. En la frente lucían un ureo.

Entre sus cometidos se encontraba decidir la duración de la vida humana; por ellos se hallan presentes en los nacimientos, especialmente en el del faraón. Su principal función era ahuyentar el mal, contribuir al mantenimiento de la ceremonia y proteger los nacimientos.

En los rituales mstéricos, donde la superiora recitaba una salmodia en honor a la diosa, las siete mujeres que formaban la cofradía, paseaban por los marjales repletos de papiro, tocaban instrumentos musicales (panderetas o sistros), batían palmas y cogidas de la mano formaban una cadena. Se celebraban en el mammisi del templo y terminaban con una libación de vino.

Durante las ceremonias usaban 10 objetos sagrados: el collar de la resurrección, una clepsidra o reloj de agua, dos sistros, el símbolo de Hathor (dos alas), un recipiente de leche dulce y otro con vino, una cadena de oro, material que estaba hecho con la carne de los dioses, con ello ceñían la frente de la diosa, una puerta monumental y finalmente el mammisi.