Una criatura fantástica perteneciente a la mitología de Chile. Hay varias versiones acera de ellos: la imagen más difundida es la de un caballo de monstruoso tamaño, de facciones feas, crines doradas y piel verdosa; este color de la piel se debe a su alimentación a base algas y por su resistencia en el fondo del mar. Puede llevar sobre su lomo a trece brujos a la vez.
Otras versiones lo descubren como un ser híbrido, entre equino y pez, con una cabeza alargada, lomo inmenso, crines doradas y sus patas y cola son semejantes a aletas y cola de pez.
Estas criaturas solo pueden ser vistas por brujos o por personas que cumplan ciertos requisitos, a menos que se dejen ver por voluntad propia. No son considerados malignos, sino criaturas de bien, que los brujos utilizan para llegar a bordo del barco Caluche, barco fantasma, que acoge las almas de los que mueren en el mar, y al que no se puede llegar mediante habilidades mágicas. Cada brujo dispones de varios de estas animales, tanto para transportarse o para su correo personal. La domesticación de produce mientras en barco navega bajo el mar, momento en que eligen las monturas y se capturan. El brujo dejaba una marca en la piel del animal para someterlo a su dominio. De esta manera la brujo cuando lo necesitaba, se acercaba a la orilla del mar y silbaba cuatro veces; cuando el caballo llegaba, el brujo lo enlaza con una alga, palpa su patas y luego sube a su lomo.
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