Yamo

por | 23 marzo 2016

Hijo de Apolo y Evadne. Ésta avergonzada por haber sido seducida por el dios, cuando nació el niño que le había engendrado, lo abandonó a su suerte en el monte. Fue salvado milagrosamente, por dos serpientes que alimentaron al pequeño con miel. Su madre lo encontró un día, tendido en un lecho de violetas en flor. Le llamó Yamo que significa el niño de las violetas.

Epito, interrogó al oráculo de Delfos, sobre el destino de Yamo. Les vaticinó que seria un gran adivino y padre de una larga estirpe  de sacerdotes y adivinos.

Ya adulto, Yamo, invocó una noche a su padre, Apolo y a su abuelo, Poseidón. Le respondió Apolo y le ordenó que siguiera su voz. Siguiendo la voz llego hasta Olimpia,  y completo la orden de su padre, se estableció, en espera de que Heracles fuera a fundar los Juegos.

También le enseñó a comprender el lenguaje de las aves e intrepretar los presagios proporcionados por las víctimas