Molsosa

por | 13 marzo 2020

Es una diosa o espíritu femenino de los bosques y uno de los seres más misteriosos de la mitología catalana. Su característica es que por allí donde pasaba dejaba un rastro o camino de musgo verde, fresco y húmedo.Es una divinización de la humedad vegetal de los bosques que produce el musgo,  tan importante para el ecosistema forestal durante todo el año y que además puede ayudar a evitar incendios forestales.

Emparentada con las antiguas diosas-madre paleolíticas, le asustaba el fuego y la humaredas, que los carboneros procuraban apagar. Estos la temían y antes de iniciar la quema de la madera, para producir el carbón, le dedicaban una danza ritual.  Al ser la guardiana de los  bosques no les perdonaba que talasen los árboles.

Los carboneros creían que los atacaba por cortar los árboles, sin embargo mantenían una relación de  amor y odio. La describían como una bestia extraña de cuatro patas, con el cuerpo  cubierto de musgo o un pelaje herboso.

Era vista frecuentemente de finales de Septiembre a finales de Octubre, aunque durante el año también hace pequeñas apariciones.

Algunas leyendas cuentan que los hombres del bosque, a menudo, se emparejaban con ellas, ya que la sabiduría de ellas en temas de naturaleza, les facilitaba hacerse ricos. Tenían tanta obsesión por ser madres, que nos les importaba secuestrar a niños que pasaban por el bosque, a los que cuidaban con todo amor hasta que se hacían mayores Así pues se puede relacionar su aspecto con las hadas, la mujeres de agua y la diosas del bosque, que aparecían en las fuentes, los lagos, las gargantas o los ríos.