Ceremonia que se celebraba en Roma, para apaciguar a los dioses en tiempos de calamidades. Iba dirigida a las principales divinidades y se celebraban en uno de sus templos, creyendo que éstas tomarían parte en la comida, porque se había invitado a sus estatuas y se les había presentado.
Consistía en un festín que duraba muchos días. Se hacía en nombre y a expensas de la República. Se montaba una gran mesa, rodeada de camas y lechos cubiertos con los más ricos tapices o hierbas odoríficas; sobre estos lechos se colocaba a las estatuas de los dioses invitados al festín, para las diosas se ponían sillas. Durante los días que duraba la fiesta, unos ocho días, se servía diariamente comida, servida por las sacerdotes que lo preparan la víspera.
La primera ceremonia se realizó después de haber pasado un cruel invierno, seguido de otro más riguroso, en el que la peste hizo estragos entre animales de todas las especies. Al no conocer la causa no se encontraba remedio para el mal, entonces el senado decretó consultar el libro de las sibilas. El libro aconsejaba que para parar la calamidad, se debía celebrar la fiesta en honor a los dioses: Apolo, Latona. Diana, Hércules, Mercurio y Neptuno. Siguiendo los consejos del libro, se celebró una fiesta durante ocho días, en los cuales los ciudadanos que acudían a ella, debían dejar sus casas abiertas, con la libertad de servirse de los que había dentro; se ejerció la hospitalidad en toda clase de gente; los que tenia enemigos comían con ellos; se finalizaron todos los procesos y se soltó a los prisioneros, Este fue el primer Lectisternio que se celebró, aunque no hay noticias de si tuvo el efecto que se deseaba o no
Según los historiadores, después de tres veces de celebrar los Lectisternios y no surtir efecto, instauraron los juegos escénicos, con la intención de que fueran más agradables para los dioses.
Se celebraron Lectisternios para: Juno, Mercurio, Jupiter y Ceres