El mito de la creación del mundo

por | 1 abril 2024

Al principio de los tiempos, lo único que existía era un abismo, al que llamaron Ginnungagap. Del norte venia el gélido frío del Nifheim y del sur el horrible calor del Muspelheim.  Cuando ambas fuerzas se encontraron, se formó la sustancia primigenia (el Eitr) que dio la vida al gigante Ymir y a la vaca mágica, que con su leche crió a Ymir, además de cuidarlo. Del sudor de Ymir, nacería Thrvolelmir y del hijo de éste, Bergelmir, que fue el primer gigante de la escarcha, de donde saldrían los Jotum, gigantes normales. La vaca para alimentarse, lamia los bloques de hielo y al derretirse dieron vida a Buri, que a través de un espontáneo embarazo dio a luz a Bor. Entre dioses y gigantes comenzó una guerra, aunque también hubo tiempo  para  el amor, Bor se casó con la Jotum Bestia y de su union nacieron los primeros Aesir o Ases: Odín, Vili y Ve

El principal representante de los gigantes es Ymir, que encabezó el inevitable enfrentamiento con Odín, Vili y Ve. La guerra fue larga y difícil y finalmente estos últimos lograron matar y derribar a Ymir Al desangrase mató a toda su familia, excepto a Bergelmir (el mas joven de ellos) y a su  esposa, que nadando se pusieron salvo. De ellos descienden los ogros, trolls y orcos, que viven en las montañas. 

Odín y sus hermanos, para festejar la victoria y para aprovechar los restos de Ymir (en aquellos tiempos en el universo no había basura, pues todo se aprovechaba) descuartizaron,  acuchillaron y moldearon  los trozos del  cadáver para crear la Tierra.

Con la carne de Ymir, los hijos de Bor, crearon colinas,  llanuras, estepas, las cuencas de los ríos, mares y lagos que llenaron con su sangre. Con sus dientes y huesos fabricaron rocas y montañas y con su pelo crearon árboles y arbustos para poblar éstas. Una vez finalizado, vieron que de los restos del cadáver, salían unos gusanos que se convirtieron en una raza nueva: los enanos. Con la ayuda de ellos, continuaron su obra.

Escogieron a cuatro enanos y pusieron a cada uno en una esquina para sujetar la bóveda celeste, formada por el cráneo de Ymir. Recibieron el nombre de las cuatro direcciones: Norte, Sur, Este y Oeste. Más tarde, Odín, convenció a  un gigante, que trasformado en  águila, se apostara en una de las esquinas y batiendo sus alas, creara el viento. Con las corrientes de aire, se desparramaron los sesos de Ymir, formando las nubes.

Recogieron un puñado de cenizas y chispas provenientes del Muspellheim (reino primordial del fuego) y las depositaron en lo mas alto del firmamento, donde se convirtieron en estrellas, pero  la luz  de éstas no bastaba para alumbrar la bóveda celeste.

Los hijos de Bor, se fijaron en la bella hija de uno de los primeros gigantes, llamada Noche. Era de tez oscura y pelo negro. Tenía un hijo de uno de sus amantes, llamado Día. Había salido de la rama de su padre, de cabello rubio y apariencia brillante. Pensaron que nadie mejor que madre e hijo para alumbrar su creación y les ofrecieron el honor de regir la jornada, Los nórdicos contaban el tiempo al revés: la noche precedía al día. Así, Noche, durante doce horas recorría los cielos con su carro celeste, tirado por dos caballos y durante las otras doce, Día, hacia lo propio,

Como todo el mundo estaba formado, se dedicaron a repartir las tierras. Otorgaron Jotunheim, la tierra de los gigantes, a  los descendientes del coloso primigenio, para que se quedaran allí, colonizándolo. Para asegurarse de que no salian de su territorio, les pusieron alrededor un impenetrable bosque con anchos ríos, que no se helaban por lo que no podían cruzarlos. La fortificación que habían construido con la cejas de Ymir, la llamaron Midggar  (la tierra del medio) y la otorgaron a los hombres para que habitaran en ella. A los demonios y seres maléficos les otorgaron el inframundo llamado Utgardr.

Para los muertos se creó una región específicamente para ellos, se extiende por debajo del Midgard: el reino de Hel. Se accede a él por un solo puente el Gjallarbru, cubierto de oro reluciente y custodiado por una virgen Allí existe una isla, Naastrand (la playa de los cadáveres) y sobre ella se alza una cámara de tortura . Sus puertas dan al norte por la que queda fuera del alcance de la luz, sus muros y tejados que parecen confeccionados con mimbre, en realidad son serpientes envenenadas, cuyas mandíbulas rezuman veneno  por los colmillos, que queman a todos los miserables que se amontonan allí..

En la orilla de este lugar, se construye un dakkar muy especial  (Naifarer Nalfgar), una embarcación construida con las uñas de los muertos, con la cual las hordas asaltaran Asgard el día del Ragarok, la batalla del fin del mundo.

Asgard, la tierra mas maravillosa, los dioses la reservaron para construir sus residencias. Primero construyeron Gladsheim (el hogar gozoso) un edificio bello y refinado. En su interior había doce tronos, uno ellos era el de Odín, que como jefe de las divinidades era mas alto que el resto. Después construyeron Vingolf (suelo amistoso) un lugar de reunión para las diosas. Instalaron talleres para practicar trabajos manuales, considerados honorables y útiles,  les permitía fabricar armas para poder luchar contra sus enemigos (gigantes y monstruos). Trabajaban todo tipo de metales, en especial el oro.

En el centro de Asgard se extendía la llanura Idavale, adornada por sus colonias, valles y los palacios de los dioses. El mas conocido era el castillo de Thor (Bilkskinir , rayo). 

Construyeron un hermoso puente, con el arco iris, llamado Bifrots o Asbru (el camino tembloroso) que unía la tierra de Asgard con el Miggdard. Los dioses lo cruzaban a diario, para impartir la justicia.

El reino de los dioses se dividía en dos clanes:

– los Aesir principal raza de dioses nórdicos que vivían  en Asgard. 

– Los Vanir promotores de la fertilidad, dispensadores de placeres y bienes. Vivían en Vanaheim.