Ser mitológico de Chiloe (sur de Chile). Tiene la mitad del cuerpo en forma de cerdo y la otra mitad de culebra muy gruesa. Es muy robusto, tiene los ojos saltones y largos colmillos. Vive en lugares pantanosos, siempre a orillas del mar, enterrado en el fango y solo deja su trompa al aire para poder respirar. La presencia del hombre le irrita. Es de apetito voraz, cochino de actitud sigilosa y traicionero.
Por las noches abandona su cueva en busca de comida y en la orilla del mar encuentra los cercos de pesca, encontrado peces y moluscos dejados por los pescadores. Siempre deja rastro de su paso como huellas en la arena o los palos del cerco roto. Dicen que un corral atacado por un cerdo deja un hedor sin igual y embruja el lugar, impidiendo la faena de los pescadores.
Aveces se les puede escuchar en las noches con un gruñido parecido al de los cerdos, pero al tratar de verlos, se desvanecen; solo los pueden ver la brujas.
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