Son dos hermanos que dieron nombre, es decir, que establecieron la existencia real de todo el mundo de la naturaleza. Cuando en la tierra no existía nada, los Bagadjmbiri, se levantaron en forma de dingos. Al hallarlo todo vacío se sintieron descontentos con el paisaje, que carecía de animales, árboles y personas. Crearon las primeras charcas para que la vida pudiera existir. Más tarde, a partir de una seta y un hongo, crearon los primeros órganos sexuales de los seres humanos, que carecían de ellos. A ellos se debe la institución de los mitos iniciaticos y la invención del lenguaje. Finalmente los Bagadjmbiri, tomaron forma humana y se transformaron gigantes con el cuerpo cubierto de pelos y tan altos que su cabeza tocaba el cielo. Viajaron a los cuatro vientos para explorar el mundo y se toparon con Ngariman (el hombre-gato). Lo encontraron tan divertido que se reían de él y este ofendido atacó a los dos hermanos, dándoles muerte.
La diosa tierra (Dilga) se conmovió ante la muerte de sus hijos y de su seno manó un torrente de leche, que ahogó a los culpables y resucitó a los muertos. Cuando renacieron, los dos hermanos decidieron que abandonarían el mundo y cayendo por tierra murieron de nuevo. Sus cadáveres se convirtieron en serpientes y sus espíritus subieron al cielo en forma de grandes nubes.
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