Faetón – Faetonte

por | 1 junio 2014

Hijo de Helios y de la oceánide o ninfa marina Climene. Vivía en un pequeño pueblo oculto de Grecia, junto con su madre  y el esposo de ésta, Merope.

Cuando era aun un joven, su amigo Epafo, le dijo que su madre le había mentido sobre su origen, que su padre no era el dios del sol, Helios. Climene por el contrario le aseguró que era verdad y le dijo donde podría encontrar a su padre, para que le contase la verdad.

Faeton, salió en su busca y lo visitó en su palacio, que se encontraba en la parte oriental del mundo. Estaba lujosamente decorado con oro, plata y marfil. Helios que estaba en su trono, con un manto dorado y rodeado de sus guardaespaldas, las horas, los días, los meses y las estaciones, le dio una cálida bienvenida.

Faeton le pidió un prueba irrefutable de su paternidad. Helios le juró por la laguna Estigia (que era la que llevaba al mundo de los muertos) que era su padre y para demostrarlo le daría lo que le pidiera. Lo único que deseaba Faeton, era montar en su cuadriga y recorrer  los cielos durante un día, lo que hacía su padre cada día. Helios le contestó que era la única petición que no podía cumplir,  ya que sólo él, ni siquiera Zeus, sabia dirigir su cuadriga. Después  de mucho insistir, Helios accedió a su petición, aconsejándole que tuvieran mucho cuidado, pues se exponía a un gran peligro para él y para el mundo. Pero Faeton estaba tan entusiasmado que no quiso escucharlo.

Los cuatro caballos una vez enjaezados, despedían fuego. Nuevamente Helios le  aconsejó: que no dejase correr a los caballos en exceso y que no volara ni demasiado bajo ni demasiado alto, consejos que Faeton nuevamente desoyó.

Una vez partió, perdió el control de las riendas y la cuadriga se desvió, causando el pánico en las constelaciones; causó grandes calamidades en la tierra, abrasando a su paso ciudades, países y montañas; se secaron los ríos formado desiertos  y la piel de los etíopes se oscureció. Gaya (la tierra) sufrió una dolorosa agonía y pidió ayuda a Zeus., que actuó rápidamente y con uno de sus rayos derribó la cuadriga.  Faeton cayó al río Eridano y se mató. Las ninfas lo enterraron y en su lápida se podía leer: “aquí yace Faeton, que el hizo el viaje por el sol, retó a todos y la debilidad lo traicionó”.

Helios, se entristeció tanto por la muerte de su hijo, que la tierra paso un día en penumbra;  su madre, Climene, vagó por el mundo desconsolada; sus hermanas, las heliades, fueron transformadas en álamos. Su amigo y pariente, Cieno, se convirtió en cisne, sus lamentos se conocen como el canto del cisne.

Alternativamente sería hijo de Eos, que éste dio a Céfalo y que Afroditta robó, convirtiéndole en guardián de sus sagrados santuarios.  Faeton fue padre con Afrodita de Astino