Criaturas traviesas de los bosques que vagaban por el mundo y podían aparecer en cualquier lugar donde ocurrieran travesuras. Se consideran hijos de Tea y Océano y vivían en las Termopilas o en Eubea. Eran dos hermanos mentirosos, tramposos y truhanes que que depende del contexto recibieron varios nombres: Pasalo y Acmon; Euribato o Silos y Treibalus.
Intentaron robar las armas de Heracles (cuando éste era esclavo de Oneale), pese a las advertencias de su madre que les decía que se mantuvieran alejados del “trasero negro”.
Una noche Heracles los cogió y se los llevó, atados boca abajo, en un palo que se echó sobre el hombro. Cuando los hermanos vieron el trasero de Heracles, que llevaba descubierto a pesar de la piel que lo cubría, tan bronceado que parecía negro, se acordaron de la advertencia de su madre y se echaron a reír. Su risa era tan contagiosa que Heracles, riéndose, los liberó.
En otros mitos, Zeus, los convierte en monos (buscando el origen de sus nombres) o en piedras (por intentar engañarlo)