Hija del rey de Arcadia, Aleo. Al nacer un oráculo predijo que el hijo que concibiera Auge, sería el asesino de sus tíos: Hipotoo y Pereo. Dispuesto a evitar el destino, Aleo, la designó como sacerdotisa de Atenea, para que mantuviera su virginidad intacta, en caso de no mantenerse casta, la mataría.
Un día, mientras Auge cumplía con sus obligaciones en el templo, se cruzó con Heracles, que la asaltó y violó. A los pocos meses, Auge, informó del suceso a su padre. Aleo, entregó a su hija a Nauplio, y le encargó que la ahogara. Auge dio a luz al hijo de Heracles, Telefo, y Nauplio, en vez de ahogar a la princesa la vendió, junto con el niño, a Teutrante.
En otra versión, Auge, abandona a su hijo en el monte, donde es amamantado por una cierva, hasta que unos pastores lo encuentran y lo entregan al rey Corito, que lo cuidó como un hijo más. Al cumplir la mayoría de edad, consultó el oráculo de Delfos, para conocer el paradero de sus padres y éste lo encaminó a Teutrania, donde encontró a su madre.
En ambas versiones, Teutrante tomó a Auge por esposa y adoptó Teléfo como su hijo.