Ídolo de buen agüero que se veneraba en ciertas regiones de Guinea y que se conservaba en la cabaña del brujo principal.
Se representaba como medio hombre y medio sapo, de unos 4o cm de alto, adornado con cintas rojas (igual que la vasija invertida que le servia de pedestal). Levaba un tocado que estaba terminado con un dardo, constituido por un lagarto bajo una media luna; otro mas pequeño y horizontal, y un trozo de lanza, plumas, serpientes y mas lagartos; todo esto se colocaba en una mesa con 3 cuencos y 18 bolitas de barro.
El brujo tenia la exclusiva de este oráculo y para consultarlo era preciso hacerle un sacrificio al ídolo y al brujo. El oráculo daba las respuestas a través de la bolitas; si salía un número impar las respuesta era afirmativa y si el número era impar la respuesta era negativa.
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