También llamada Laia, Laranda, Larunda o Tacite, era una náyades, hija del dios-río Amos.
Era famosa por su belleza, sólo tenía un defecto, ser muy parlanchina, era incapaz de guardar un secreto. Este defecto le provocaba muchos disgustos y castigos.
El mayor castigo se lo impuso Jupiter. Jupiter tenía varios devaneos y se enamoró de la ninfa Yutunra. Ordenó a la las demás ninfas que no le dijeran nada a Yuturna para que ésta no se escondiera. Lara, incapaz de guardar el secreto, le contó a Yuturna que Jupiter la estaba buscando y después a Juno (esposa de Jupiter) le contó los devaneos de su esposo. Jupiter furioso, le cortó la lengua, y ordenó a Mercurio que la encerrara en los infiernos.
En el camino el dios de enamoró de Lara y juntos fueron padres de gemelos (los Lares) que cuidan y vigilan las encrucijadas, caminos y ciudades.
Con el paso del tiempo y debido a su larga estancia en el infamando, Lara se convirtió en una ninfa ctónica. Mas tarde se inició su culto como Tacite, la diosa silenciosa