Hija del rey Toante de Lemmos.
Las mujeres de Lemmos dejaron de hacer sacrificios y abandonaron el culto de la diosa Afrodita. Ésta enojada con ellas decidió castigarlas. Las hizo parecer tan repugnantes que los maridos no podían acercarse a ellas de lo mal que olían, que por mucho que se lavaran no desaparecía.
Los hombres se fueron a buscar esclavas y cautivas extrajeras para unirse a ellas, En venganza las lemnias (así se conocía a las mujeres de Lemmos) una noche asesinaron a todos los hombre de la ciudad. Hipsipila no quiso matar a su padre, al cual adoraba, y lo escondió en un cofre y lo dejó en el mar. Las lemmias le otorgaron el reino que por herencia le pertenecía.
Un día, después de la matanza de los hombres, una nave llegó a sus costas., Era la nave de Jasón y los Argonautas que iban de camino a la Colquide y que hicieron una parada en Lemmnos, para descansar y aprovisionarse de víveres. Se quedaron un año entero y mantuvieron relaciones con las mujeres de la isla. Hipsipila mantuvo relaciones con Jason y tuvo con en él dos hijos: Euneo y Toante.
Después de la partida de los Argonautas, las lemmias se enteraron de que Hipsipila, había salvado a su padre y la obligaron, juntos con sus hijo, a exilarse. En su exilio fue raptada por unos piratas y vendida como esclava al rey de Nemea, Licurgo. Se convirtió en la nodriza del hijo de Licurgo, Ofeltes.
Un día, mientras cuidaba del Ofeltes, pasaron por allí unos caudillos que se dirigían a Tebas. Al indicarles la ubicación de una fuente, para poder sacar agua, una serpiente atacó a Ofletes, al que había dejado sólo un momento, lo mordió y acabó con su vida.
Licurgo y su esposa quisieron matarla, pero los caudillos acudieron en su ayuda y lograron que pudiera regresar a Lemmos, donde pasó el resto de sus días.