Hijo de Erebo (personificación de las oscuridad) y de Nix (diosa de la noche).
Era el barquero encargado de transportar las almas de los muertos, a través de la laguna de Estigia o del río Aqueronte, hasta el reino del inframundo, gobernado por Hades.
Se le describe como un anciano delgado, casi famélico, de carácter taciturno y malhumorado, de barba larga y pelo canoso, los ojos estaban encendidos en llamas, las ropas que vestía eran harapos, con capa y sombrero redondo. En la mano llevaba una vara, que utilizaba para golpear con ellas a las almas que no remaban con suficiente rapidez.
Para cruzar se debía de pagar el pasaje, que constituía en una moneda de plata, llamada óbolo. Cuando enterraban a un difunto en la boca le ponían esta moneda para poder pagar el viaje al inframundo; si no podían pagar, las almas se quedaban 100 años vagando por el río, pasado este tiempo, Caronte, accedía a llevarlas gratuitamente.
Algunos relatos cuentan que Caronte era muy selectivo a la hora de escoger el pasaje que llevaba, las almas se amontonaba en el río y Caronte decidía a quien embarcar, las primeras eran las que llevaban más monedas.
Varios personajes vivos, dioses y mortales, lograron atravesar el río, gracias a la ayuda de Caronte: Heracles, lo cruzo para capturar a Cancerbero en uno de su 12 trabajos; Orfeo para rescatar a Euridice; Eneas lo cruzo junto con la sibila de Cumas; Piritoo y Teseo para secuestrar a Perséfone; Psique para obtener la belleza Perséfone y llevársela a Eros; Odiseo para salir de la isla de Circe; Hermes para negociar con Hades y Dionisio para rescatar a su madre, Sémele.