El dios más antiguo de los espíritus del agua. Era un dios fluvial (entre Etolia y Acarnania), un oceánida, hijo de Tetis y Océano, según otras versiones de Océano y Gea o de Gea y Helios. Cada uno personificaba a un río , que dominaban. Representado como un toro con cabeza de hombre; un anciano con dos cuernos, pelo gris, barba hisurda de la que manaba agua. Casado con Melponeme, es padre de cuatro sirenas y de Castalia, Pirene, Calirroe y Dirce.
Aqueloo fue uno de los pretendientes de Deyanira. Luchó con Heracles que también la pretendía y a pesar de transformarse en toro o serpiente, fue derrotado. Heracles le obligó a refugiarse en un río, el cual tomó su nombre.
El mayor placer de las cuatro hijas de Aquello era cantar, con su canto atraían a marineros, a espíritus e incluso a dioses. Afrodita las castigó y la convirtió en animales, con cabeza y busto de mujer y cuerpo de pájaro. Estas rivalizaban con las siete hijas de Zeus, las musas. Pidieron a los dioses que eligieran a las que cantaban mejor, los dioses eligieron a las musas. Las sirenas se vengaron matando a algunos marineros que con su canto habían atraído.
Orfeo iba a bordo de la goleta Argos, que se acercó a las aguas de estos híbridos. Éste que intuyó el peligro que se acechaba sobre ellos, con el canto de las cuatro hermanas, saco su lira y con su música captó la atención de los marineros. Orfeo con su música era capaz de detener los ríos, de manera que este hechizo convirtió a las hermanas en estatuas. Artenope (una de ellas) se lanzó al mar para evitar el hechizo, pero murió El mar devolvió su cuerpo a la orilla y fue enterrada, naciendo en este lugar la ciudad de Nápoles